La capa de ozono: persistencia de una amenaza

Aunque nos gustaría decir que las afectaciones de la capa de ozono han sido controladas y no hay ya nada que temer, lo real es que todavía el mundo tiene una gran batalla por delante.

Esta consiste en lograr que todos los países se deshagan de aquellas sustancias que puedan agredir el escudo natural de la Tierra, sin embargo, hay más de un enemigo acechando que puede comprometer el futuro de nuestro planeta.

¿Cómo afecta el cambio climático la capa de ozono?

Según los últimos reportes, el calentamiento global está aumentando la temperatura terrestre cada vez más.

Dicha situación provoca cambios en los niveles de gases en la atmósfera y, por consiguiente, una reducción de la capa de ozono.

Es probable que aumente considerablemente la cantidad de rayos ultravioletas que llega al hemisferio sur, lo que podría hacer que el agujero creciera.

¿Qué consecuencias puede traer este evento?

Un aumento de la fractura en el escudo del planeta puede provocar innumerables desastres naturales, algunos de los cuales son:

• Sequías extremas
• Tsunamis de envergadura
• Precipitaciones abundantes e inundaciones
• Tornados y tormentas eléctricas intensas
• Ciclones y huracanes de gran magnitud
• Terremotos
• Tifones

¿Hay algún químico que aún afecta la atmósfera?

Lamentablemente se continúa propagando en el ambiente de forma continua una sustancia quimica muy dañina: el óxido nitroso, más conocido como “gas de la risa”.

Este compuesto proviene fundamentalmente de los fertilizantes y los desechos animales. Los estudios advierten que el tiempo de vida en la atmósfera de este tóxico es de un centenar de años.

Por otra parte, los clorofluorocarbonos (CFC) que hemos emitido antes de que se tomaran medidas mundiales para detener su salida todavía se encuentran en la atmósfera dañando la capa de ozono.

Los científicos pronostican aproximadamente 50 años para que vuelvan a restablecerse los niveles naturales de ozono.

Promover este tipo de conocimiento e información ayudará a tener una consciencia más seria sobre el daño que le hacemos día a día a nuestro planeta.